En el taller se buscó explorar formas no patriarcales de mirar, al margen del ocularcentrismo, y de esa forma de visión que busca la amplificación del sentido probatorio del ojo.  En cambio quisimos explorar otras formas de ver, con otras partes del cuerpo, desde los gestos mojados, a veces obscenos o palabreados, en la práctica del lenguajeo. 

Tocar con la lengua, meter la lengua, presionar con la lengua. Gestos linguales que pueden ser también otras maneras de mirar que no recurren a la comprobación como modo de validación de la existencia de un otrx. Mirar desde la opacidad, la húmedad y la implicación afectiva como modo de conocer. El saber de la lengua como reservorio de experiencias eróticas.

Proponemos considerar los fluidos corporales como líquido de revelado de contra-miradas hacia la nitidez del conocimiento. Los grados de sombra, lo velado, lo que muestra un contorno borroso, como sabores amargos, ácidos que tensionan el binarismo dulce/salado. El lagrimal y las papilas gustativas como glándulas de la mirada.

¿Cómo se revelan los saberes de esos gestos? ¿Es posible describirlos en las penumbras de lo táctil? ¿Qué saberes acerca de la mirada conoce la lengua lesbiana? ¿Qué sabores olvidados de la lengua se esconden en las prácticas lesbianas? ¿Qué otras formas de sombrear nos revelan las salivas de la mirada? ¿Qué contra-miradas de la hegemonía de la nitidez se nos revelan a cada lenguajeo? ¿Qué propiedades organilépticas tiene la deslenguajéz? 

Durante el taller se proponen algunos procedimientos de degustación a través de prácticas físicas, escriturales y la creación de un archivo gestual y verbal, que pasan por el ejercicio lingual.